Se presenta el libro Noche y niebla (Un grito o 43) de Jaime Chabaud
* Formará parte de la colección Cuadernos de repertorio de la Compañía Nacional de Teatro
* Editado por la Dirección General de Publicaciones de la Secretaría de Cultura, con el apoyo de Amigos Promotores del Teatro, fue presentado en el marco de la Décima Feria del Libro Teatral la tarde de ayer
* Escrita por Jaime Chabaud, la obra fue estrenada en 2015 en la Sala Héctor Mendoza, bajo la dirección de Fernando Santiago
Dos historias de infancia y adolescencia, tocadas por la ausencia, sobre el duelo suspendido en el que se encuentran los familiares de las personas desaparecidas es lo que plantea la obra Noche y niebla (Un grito o 43) del dramaturgo Jaime Chabaud, quien creó una estructura dramática fragmentaria que se va reconstruyendo a retazos, de forma que los espectadores terminan de llenar los espacios para, de esta manera, ser tejedores de la trama y, por tanto, coautores, como lo solicita el teatro contemporáneo.
La edición de la Dirección General de Publicaciones de la Secretaría de Cultura y Amigos Promotores del Teatro, fue presentado en el Teatro El Granero, Xavier Rojas del Centro Cultural del Bosque en el marco de la Décima Feria del Libro Teatral, que enriquece el acervo de dramaturgia mexicana y da testimonio del proceso de montaje de la obra.
Inscrito en el estilo conocido como narraturgia, el texto hace una mixtura entre lo narrado en tiempo presente, lo que les sucede a los personajes y lo dramático, comenta el autor. “Hay un mestizaje, una hibridación que evita la violencia en escena, que ya no funciona porque la gente está harta de ver ese tipo de teatro”.
Fernando Santiago, director de la puesta en escena estrenada en 2015 en la Sala Héctor Mendoza –donde cumplió tres temporadas– y presentada en 2016 en el Festival Universitario de Teatro de la Universidad Autónoma de Baja California y el Festival Internacional de Teatro de Cali, Colombia, señala que las actrices son dos narradoras en cada una de las historias: la de Odilia, que constituye el eje central, y la de Claudia.
Pero alrededor de ambas se entreteje la participación de personajes incidentales que, a veces, solamente hacen una voz, expresan una frase o una idea y no vuelven a aparecer. “La misma actriz sale de un plano narrativo a un plano de diálogo y regresa nuevamente al primer plano”.
Noche y niebla habla de esperanza, de una búsqueda incesante y de algo esencial: ocuparnos de que los niños crezcan sin temor y sin odio, además de reflexionar sobre la vida misma, refiere el director.
Kay Pérez, creador del espacio escénico, iluminación y multimedia del montaje, asevera que su propuesta surgió del texto y para generar un espacio en el cual estas voces de múltiples personajes en diversos espacios pudiesen manifestarse sin estar apegados a un elemento rígido como un muro o una puerta: “Era necesario un espacio abstracto, y el único elemento es la tierra, que es identidad, la base y el piso en donde estamos parados. La tierra es búsqueda en el caso de los desaparecidos forzados; un espacio de búsqueda fundamental”.
Odilia, madre de tres hijos (dos de ellos desaparecidos: Esteban y José Alberto), ha pasado alrededor de nueve años en su búsqueda. Al estar cerca de descubrir su paradero, es perseguida junto con el hijo que aún conserva, y ambos sufren un atentando, lo que les revela la realidad del dolor que viven otros ante la desaparición de algún ser querido.
La Secretaría de Cultura, a través de la Dirección General de Publicaciones, y con el apoyo de Amigos Promotores del Teatro, ha editado cinco cuadernos de repertorio de la Compañía Nacional de Teatro: La prueba de las promesas de Juan Ruiz de Alarcón, La sangre de Antígona de José Bergamín, Coriolano I de William Shakespeare, Códice Ténoch de Luis Mario Moncada y Noche y niebla (Un grito o 43) de Jaime Chabaud.
El montaje de Noche y niebla (Un grito o 43) fue protagonizado por Teresa Rábago y Ana Isabel Esqueira, actrices del elenco estable de la Compañía Nacional de Teatro, y contó con el diseño de vestuario de Marina Meza, el diseño sonoro de Alberto Rosas, el movimiento escénico de Marcela Aguilar y la asesoría artística Emma Dib.