El Apando un libro de José Revueltas
Están ahí, mono y mona, como recluidos en el encierro ajeno. Mona y mono como tú o como yo, como los jueces de vicios vacíos, las voces cansadas y simuladas de la justicia. Están ahí mono y mona, esperando a que cambie en su paso lento la manecilla chica del reloj, esperando y sean libres, en apariencia, hasta el nuevo turno.
Del otro lado de la moneda están Carajo, Albino y Polonio, a la espera de sus planes y sus mujeres; una madre y dos mujeres; una Santa, inmaculada y crucial, en un juego de escape y perdición. Y las mujeres, ríos de pasiones y desahogo, víctimas inmaculadas de ellas mismas, del mundo atronador que se desmorona cada día de visita, de los dedos invasores, de las respiraciones agrias, de las monas del encierro y de los encerrados que son sus hombres.
El apando de José Revueltas, nos sumerge breve pero profundamente, como un abismo, al mundo alterno que se vive en los penales, en los históricos como Lecumberri, y en todos. El tiempo transcurre en la visión surreal de la justicia, secando vidas, marchitando el corazón de sufrido, del victimario; el tiempo transcurre entre nubes y acciones hiladas, borrosas, apresuradas.
Un libro que nos conmueve, que nos indigna, que nos sorprende, una voz metafórica que todo lo mira y de nada se espanta, que nos sorprende en un sobresalto, en una lágrima de dolor, de pena, de frustración, de coraje o de risa. El Apando que se puede leer en un momento y captar la poesía oscura de los oscuros lugares de nuestro México, de esos engranes corroídos, corrompidos. El Apando que se puede leer también en una larga meditación de lo que está oculto a la vista de todos, las cárceles, la seguridad, los recluidos, los cuidadores… mono y mona, dentro y fuera, leyendo en libertad o en El Apando.
Imagen: Gaceta UNAM, mayo 2018.