¿Podrás perdonarme? Decadencia y Belleza
Este fin de semana se llevan a cabo los premios Oscar 2019. Y antes de que se lleve a cabo la entrega de tan populares premios, se estrena una película a la cual se le hizo justicia con sus nominaciones. Se trata de: ¿Podrás perdonarme? Una maravillosa película que dentro de su crudeza deja ver una luz de esperanza con un tono de humor negro y una especial empatía por personajes poco convencionales. Además de contar con la mejor actuación en la carrera de Melissa McCarthy.
La película aborda la vida de la escritora estadounidense Lee Israel, que es mayor conocida por ser una biógrafa, y protagonizar la falsificación literaria más famosa del mundo. Dejando al descubierto la dinámica de la falsificación artística, así como lo sórdido del negocio literario para un escritor que no quiere entrar en el juego de lo comercial. Lee Israel pasa por un momento de crisis tanto personal, como económico y creativo. Decide escribir cartas escritas por ella y hacerlas pasar por cartas de grandes nombres de la literatura y venderlas como auténticas. Se encuentra con un conocido que se vuelve su cómplice y su único amigo. Llegando hasta las últimas consecuencias.
Se trata de un guion ágil, llevado con un tono sutil y delicado entre lo sórdido y lo esperanzador, entre congeniar con los personajes pero guardar las distancias para poder observar y cuestionar el conjunto como un todo.
Nos lleva como espectadores de la tragedia al humor negro y ácido de una manera maravillosa, para regresarnos a la melancolía.
Los personajes principales representan al antihéroe en toda la expresión de la palabra. Lee Israel es una escritora frustrada, alcohólica, lesbiana, desaliñada, sin pretensiones de ser complaciente. Y Jack Hock es un trotamundos, pseudo dealer, carismático pero sórdido. Y la directora resalta la belleza de estos personajes tan decadentes y logra transmitirnos una gama de emociones de una manera tan honesta y madura.
Melissa McCarthy sostiene la película con una garra actoral, el resultado es exquisitamente impresionante. Se trata de su mejor actuación a lo largo de su carrera. Va de lo más bajo y oscuro al humor inteligente, con una radiante esperanza que logra con tal facilidad que provoca escalofríos. El espectador es cómplice de sus delitos y es así como logra convencernos de que no había otra opción.
Richard E. Grant, interpreta a ese amigo incomodo, vividor y encantador, ofrece una actuación maravillosa. Siendo misterioso, maquiavélico y hasta tierno. Si hay justicia en el mundo, debería ganar el Oscar a mejor Actor de reparto.
El filme logra transmitirnos ese coraje, esa garra y potencia de aquellos que no se dan por vencidos ante las negativas del mundo. Y logra cuestionar si es que el fin justifica los medios. Una excelente película y muy pertinente porque aborda unos personajes fuera del lugar común y nos deja ver que las personas moralmente dudosas o sórdidas son capaces de crear una belleza fascinante. Corran a ver esta excelente película porque pocas veces llegan propuestas comerciales tan auténticas y deliciosas de pies a cabeza.