Todos lo saben. La genialidad dramática
Asghar Farhadi, el creador cinematográfico iraní, se encuentra entre los primeros 3 lugares de mis guionistas favoritos de todos los tiempos. Y es que el ganador en dos ocasiones del Oscar a mejor película extranjera, construye la estructura dramática de sus películas con una meticulosidad que sorprende. Su nueva película: Todos lo saben. No es la excepción.
Farhadi, es un creador que ha cautivado al mundo con su peculiar cine y nos ha brindado otra visión de Irán. Debido a la censura en su país, ha ido explorando, haciendo un cine mas arriesgado lejos de su patria. La primer película lejos de Irán es una de mis películas favoritas: El pasado (Le passé, 2013) que fue ganadora en Cannes y que se presentaba ante la dificultad de ser una película totalmente en francés, cuando el director no hablaba el idioma.
Todos lo saben, es su segunda película lejos de Irán y ahora elige el español (idioma que tampoco habla), para presentarnos esta historia del secuestro de una adolescente y la pesadilla que viven sus familiares, donde saldrá a relucir un pasado, conflictos internos, conflictos sociales y un colapso del statu quo.
La película se vale de una fotografía y un arte discretos, para poder darle peso a un guion construido con precisión de reloj y a unas actuaciones exquisitas.
Ante la complejidad de un idioma que no es dominado por Farhadi, el director echa mano de los grandes “pesos pesados” en términos de actuación en nuestro idioma: Javier Bardem, Penélope Cruz y Ricardo Darín. Puedo decir sin titubeos que es una de las mejores actuaciones de Penélope Cruz, donde con una madurez física y actoral nos lleva por el espiral de dolor y desesperación que representa con maestría, al perder a una hija, donde se resalta su fragilidad y vigorosa presencia. Javier Bardem es sutil, preciso y fuerte en su interpretación de un hombre que trata de sostener un mundo que se le viene encima.
El aspecto por el que más quedé fascinado es por la estructura dramática que emplea Farhadi. Entendiendo la estructura como la construcción de la historia, algo así como la forma en que se nos presenta la trama. La película es llevada por un personaje principal (el interpretado por Penélope Cruz), para después soltar ese personaje y resaltar un personaje que creíamos como secundario (el personaje de Javier Bardem), en un cambio sutil. Dentro de la historia el pasado de los personajes es muy fuerte y pesa mucho en la situación límite donde se encuentran. Así mismo Farhadi es experto en amalgamar un contexto social (como la crisis económica de España), en situaciones particulares al límite (toda la dinámica familiar en cuanto a los conflictos morales, religiosos y sobre todo heridas sin sanar). Todo esto en un lapso de tiempo determinado como si se tratara de un momento donde el statu quo se tambalea, solucionado ese momento todo parece llevar su ritmo anterior, pero nada volverá a ser lo mismo.
Una película que transgrede hasta lo profundo de nuestras creencias.
Sin lugar a dudas la película es digna del análisis dentro de una clase magistral; yo quedé absolutamente atónito con el manejo de la historia por parte del creador Iraní. Y el resultado de esto es que el espectador siente una fuerte identificación con los personajes para que entre en la dinámica de la película, dudando de todos los personajes, haciendo conjeturas que serán derrumbadas, generando en el espectador un torbellino de emociones porque gran parte de la película se desarrolla en la cabeza de cada espectador.
No caminen, ¡corran a ver: Todos lo saben! donde podrán ser parte de uno de los mejores cines del mundo en nuestro idioma con grandes actuaciones y un discurso que genera y provoca en el espectador la interacción dentro de la historia. Una película que transgrede hasta lo profundo de nuestras creencias.
