Salvaje. Un poco de ternura en este mundo hostil
Se estrena comercialmente la opera prima del director francés Camille Vidal-Naquet: Salvaje. (Sauvages, 2018). Una película que resulta extraordinaria, y se expone melancólicamente triste, remitiéndonos directamente a la literatura del siglo XIX en esa transición entre realismo y romanticismo al estilo de la dama de las camelias. Una película que pone el dedo sobre la llaga sobre la visibilidad del sexo servicio masculino, la pobreza en el primer mundo, la segregación social, la soledad posmoderna y el ideal del amor en un mundo cruel, frío, banal, triste y mercantil.
Leo es un joven de 22 años que intenta hacer llevadero su día en distracciones, y de noche se prostituye en las calles de una pequeña ciudad francesa. A diferencia de sus compañero, él trata casi con desesperación, buscar un poco de afecto en un mundo mercantil. Quizás él sea demasiado tierno para ésta vida. Lo único que tiene Leo es su libertad.
La película sorprende por el exquisito equilibrio que mantiene. El director lleva la película en una cuerda floja, en donde nos presenta a un personaje desvalido y en busca del amor, pero sin caer en lo cursi. Nos muestra una compleja situación social sin perderse en las texturas innecesarias del panfletismo. Nos muestra una mezcla entre lo clásico y lo moderno. Ubica a la dama de las camelias en la posmodernidad, sin llegar a ser forzado.
He visto mucho cine de temática gay en mi vida, y sin lugar a duda creo que Salvaje, se acerca a la perfección. Tengo mi propia teoría sobre el estilo cinematográfico denominado cine de temática LGBT, es un cine que se presenta ante una complicada situación: Servir a dos públicos muy diferentes, al público LGBT y al público que no es LGBT. Esta película complace al público de la comunidad, tiene escenas explicitas; se sacia esa sed de la comunidad por ver historias que se sientan cercanas, reales e interesantes con todo y un poco de taco de ojo. Todo esto en la justa medida para no llegar a incomodar o perder el interés del público que no pertenece a la comunidad. Un cine muy inclusivo y hetero friendly pero sin traicionar a lo que necesita el público diverso. Tampoco se trata de una película que se pueda ver con toda la familia reunida, pero sí es una película que puedes ver con tu amigo hetero de mente muy abierta.
La película es sostenida épicamente por su protagonista Leo, Félix Maritaud. Que genera esa contradicción entre ingenuidad y desenfado. Fuerza y ternura. Un personaje que nos pide alejarnos de los juicios de valor y no juzgar al personaje.
La película aunque está enraizada en el realismo visceral y crudo, por ejemplo las escenas de sexo o pequeños delitos, juega con la poética visual en momentos donde se suspende el tiempo por ejemplo cuando pasa un cliente al que todos consideran peligroso y se escucha una tonada al piano. Regalándonos un momento muy bello con su subtexto perturbador.
Una de mis escenas favoritas es cuando Leo acude a una consulta médica en que no recibe buenas noticias el sin más ni más abraza a la doctora expresando toda esa ansiedad por querer ser amado por alguien. Una escena muy conmovedora.
Recomiendo ampliamente la película. Cada minuto es disfrutable, tanto que nos lleva a una montaña rusa de emociones para generar una reflexión. Sin lugar a dudas un excelente estreno del fin de semana. Pueden disfrutar la película en salas de arte, en Cinepolis y Cinemex. Pocas veces se proyectan películas tan audaces en el cine comercial así que hay que aprovechar la ocasión. No olviden dejar su valiosa opinión en los comentarios.