Un Acto de Comunión: ¿A qué sabe el deseo?
En Un Acto de Comunión Henrik lleva al espectador a través de sus recuerdos de infancia, con un ritmo apabullante que atrapa no solo por lo que narra el personaje, sino también por la calidad histriónica con la cual Antón Araiza matiza de manera orgánica, cada detalle que dará peso y dimensión a Henrik, y a su peculiar fiesta de cumpleaños número ocho.