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A ocho columnas se estrenó originalmente el 2 de febrero de 1956, en ella Salvador Novo vació el amargo sabor de su propia experiencia en el campo periodístico y denunció los vicios que en su opinión corrompen con facilidad ─y quizá con bastante frecuencia─ la vocación de aquellos que se dedican a ser el vínculo entre los sucesos la vida nacional y la sociedad.
En un solo cuadro escenográfico y con la ayuda de la proyección multimedia en un gran telón de textura transparente, los actores permanecen la mayor parte del tiempo escénico en sus sillas para dar vida con gesticulaciones, movimientos corporales y la modulación de sus voces, a los pequeñitos que integran la divertida comedia.
Esta obra constituye un drama, desarrollado a partir de las situaciones crueles y cruentas que los personajes sufren. La trama está tratada con cierta dosis de humor negro que la amenizan, además de contar con varios números musicales, interpretados en vivo
Hasta que la muerte o tú nos separe, es una obra que recomendamos para que asistas con amigos, porque podrás reír y reflexionar acerca de muchas cosas que suceden en las relaciones homosexuales y por qué no, también en las relaciones heterosexuales.
La presentación del libro corrió a cargo del escritor y periodista cultural Vicente Alfonso y la poeta, así como ensayista Julia Santibáñez.
El discurso que permea en esta puesta en escena es necesario y pertinente en nuestra sociedad, una obra que expone una realidad que continua pesando. Con una dramaturgia que atraviesa el escenario para evocar el mas mínimo recuerdo entre los espectadores, y bajo una dirección escénica que por medio de cada montaje, va cimentando un estilo.
El filme da la sensación de ser anticlimático y logra una transgresión que rompe con el paradigma planteado en las 3 películas anteriores.
La relevancia de estos dos trabajos, trasciende los géneros, las preferencias, la época y las nacionalidades. A través de dos maneras distintas, logran expresar las consecuencias de la discriminación y segregación social hacia la comunidad LGBTQ.
La parte de la psiquis, la relación entre los actores, la toma de decisiones inesperadas, las trampas ocultas, el hostigamiento sexual, la prepotencia y actos mal intencionados, pueden ser algunas de las trabas, al final del día laboral en un teatro cualquiera.
Sepulturas somete a Robert al infortunio total, haciéndolo vivir en soledad en su eminente locura, en donde sus recuerdos le hacen conversar con los seres amados de su pasado lejano e incierto…
