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Teatro

Harvey: una locura de obra.

Harvey

Cuando entras a la sala de Casa Quimera en la que se está presentando Harvey (Autor: Mary Chase, adaptación y dirección: Ignacio Saucedo) te sientes en medio de una reunión bastante ecléctica. Te rodean desconocidos que, en el entendido de estar frente al inicio de una obra de teatro, hablan entre sí, sin prestar mucha atención a quienes los rodean.

La función comienza sin aviso, de pronto, aquellas conversaciones han sido cortadas y coartadas por el desarrollo imperativo de la obra. Pero ¿De qué se trata Harvey? Imaginemos que un día Alicia en el país de las maravillas (Lewis Carrol, 1865) se encontró  en medio de un bar con Donnie Darko (Richard Kelly, 2001) y se pusieron a hablar de la locura.

Harvey

Como resultado de esa conversación, Harvey nos presenta la historia de Ernesto Cortés y un círculo de personajes conformados por sus hermanas, un amigo-abogado-juez-asesor familiar y cuatro integrantes de una institución para la sanidad mental, todos unidos por algo, que en palabras de Cortés, es lo mejor que le ha sucedido en la vida: Harvey, el conejo de dos metros quince que sólo él puede ver pero que desata una vorágine de cuestionamientos sobre la represión sexual, la amistad, la felicidad, el honor de la familia, el acoso laboral, los estatus socioeconómicos y la locura. Insisto: La locura.

Harvey

Esta es una comedia que tropieza y que acierta. Tropieza porque el ritmo se vuelve silente, por momentos lo abate el tedio de la repetición que exige el espacio, a pesar de la constante interacción que permiten los diálogos. El director ha decidido que la escenografía no es importante, igual puede ser presentada en un foro con un par de sillas que en la sala de una casa en la que quepan dos líneas de público, sin embargo, un escenario mucho mayor podría representar una amenaza a la puesta.

Por el otro lado, acierta en sus interpretaciones, en la inmediatez de los diálogos, en la comedia sencilla, no es rebuscada, no es compleja, no es difícil de digerir. Harvey juega con la locura, con las ideas elementales de la vida, con la infancia extendida e incluso con ciertos juegos de palabras. Al final, Harvey ofrece un buen rato de comedia.

En esta puesta, el director, desde la dramaturgia, hace énfasis en un elemento escondido, la locura, no de los personajes, sino del público. Nos remarca que todos estamos algo zafados del cerebro y que en nuestro día a día, es mejor no tomarnos las cosas tan en serio.

¿Qué preferimos; la felicidad de la locura, o la infelicidad de la cordura? ¿Somos capaces de lidiar con aquello que nos parece extraño, inexplicable o confuso o buscamos una respuesta clara a lo que se encuentra a nuestro alrededor?

 

Harvey

Sus aciertos: Los actores, ligeros, cómicos, compatibles en el escenario.

Sus fallas: El espacio, la falta de propuesta estética, el ritmo.

Si pueden vayan a ver Harvey, seguro saldrán con un buen sabor de boca, sabor de desquiciado, pero con notas que se disfrutan en cada carcajada.

Con: Ignacio Saucedo, Brenda de la Selva, Marco Radosh, Ramiro Piñón Manini, Johjan Loyola, Mariana Montenegro, Ángel Rossel, Alejandra Farah.

Funciones: Domingos 17:00 hrs, Cara Quimera, Orizaba 131, Roma Norte, CDMX.

Del 18 de junio al 13 de agosto

Donativo: $250

Imagen cortesía: Harvey

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