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La Llorona regresa al embarcadero de Cuemanco

La leyenda más famosa de México en uno de los últimos paisajes prehispánicos que sobreviven dentro de la Ciudad de México.

Es el año de 1521 y una amenaza avanza desde el oriente con dirección a la ciudad de Tenochtitlán; un erizante lamento recorre las calzadas augurando una tormenta, es la madre Cihuacóatl que pena por el funesto destino que les espera a sus hijos, el pueblo mexica. Nahui, hija del emperador Moctezuma Xocoyotzin, gobierna el señorío de Xochimilco con un profundo respeto por el medio ambiente. La paz de este santuario de chinampas es quebrantado con el arribo del capitán Alonso de Ordaz y sus hombres, quienes llegan exigiendo el sometimiento de Nahui y anunciando que en Tenochtitlán el tlatoani fue hecho prisionero en su propio palacio por Hernán Cortés. Los xochimilcas a su vez toman como rehén a un soldado español y condicionan su libertad con la del emperador. Por otro lado la princesa es desposada contra su voluntad con el capitán de Ordaz.

Llegan las fiestas de Tezcatlipoca y Huitzilopochtli, y los xochimilcas parten hacia el Templo Mayor para tomar su lugar en la celebración, sin embargo el capitán más sanguinario de Cortés, Pedro de Alvarado, ordena una gran matanza que termina con la fiesta y con los guerreros del imperio. La noticia llega a oídos de Nahui, quien acaba de dar a luz a una niña. Ante el catastrófico panorama, Nahui se procura un penoso final llorando para siempre los augurios desventurosos de sus hijos.

La Llorona es una figura de dominio popular cuya leyenda ha sido contada desde muy diversos puntos de vista, en esta ocasión se nos presenta como parte del proceso histórico de la Conquista empatando su historia con algunos de los acontecimientos históricos relatados por los cronistas de la época, sin embargo, también tiene muchos otros momentos ficticios que buscan dar coherencia a la trama con un posible exceso de anti hispanismo que deja clara la parcialidad de esta versión. El objetivo también se manifiesta con una escenografía que representa un basamento piramidal en medio de una chinampa original rodeada por los canales y sembradíos de tradición indígena.

El espectáculo está conformado por distintos elementos artísticos y técnicos como proyecciones, juegos de luces, efectos de humo, lanza llamas y antorchas; así como actuaciones, música, danza prehispánica y canto. La experiencia no se limita al espacio escénico, sino que se extiende sobre el lago por donde entran algunos personajes navegando en canoas y en donde el público observa desde las tradicionales trajineras, todo inmerso en la oscuridad de la noche bajo la luna y las estrellas. La trajineras entran una a una por el canal del embarcadero, el cual es alumbrado con antorchas que marcan el camino, un recorrido agradable en el que se puede admirar la puesta del sol desde aquel paisaje lacustre. Los asistentes también pueden subir a las naves con las viandas necesarias para hacer más especial este peculiar viaje al pasado. Debido al escenario natural, se recomienda ir equipado con repelente de insectos y bien abrigado, o en su defecto, con una botella de tequila para entrar en calor.

Los vestuarios resultan ser todo un espectáculo visual, principalmente las caracterizaciones de los danzantes prehispánicos, elaborados con detalles muy bien cuidados. Durante la función se utilizan varios penachos con plumas naturales de todos los colores, mixtlas (taparrabos), coxcapetlatl (pectorales), maitemecas (muñequeras), los tradicionales ayoyotls (cascabeles o “huesos de fraile”), y pintura corporal muy elaborada. También echan mano de elementos iconográficos que ayudan a reconocer a algunos personajes de la mitología mexica como Tláloc, Huitzilopochtli y Tezcatlipoca, lo cual denota un trabajo muy bien planeado.

La Llorona de Cuemanco es un clásico que este año celebra su vigésimo cuarta temporada en el marco de los festejos del Día de Muertos y se estará presentando de viernes a domingo hasta el 19 de noviembre en el Embarcadero Cuemanco-Xochimilco entrando por el Periférico a un costado de la pista de canotaje Virgilio Uribe.

Funciones: Viernes a domingo 20:00 horas. Sábado 11 de noviembre dos funciones: 19:00 y 21:30 horas.

Embarcadero Cuemanco-Xochimilco: Blvd Adolfo Ruíz Cortinez (Periférico Sur) N/A,UH Aztlán, Pista Olímpica Virgilio Uribe, CDMX. Boletos: $300 entrada general.

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