Cine Reseñas

No soy quien crees. Entre Pigmalión y la toxicidad humana

 

Esta película francesa le huye a las etiquetas y juega con los tonos llevándonos al drama romántico, a un thriller psicológico y a la intriga. El filme nos va sorprendiendo minuto a minuto. Resulta ser la combinación entre una excelente actuación, un tema contemporáneo, una historia impredecible y una hermosa fotografía. Una gran sorpresa para este fin de semana.

La historia basada en el libro de Camille Laurens, nos introduce a la vida de Claire. Una profesora que pasa los 50 años. Después de una efímera relación con un hombre más joven, decide crear una identidad “falsa” en una red social. Conoce a Chris y, lo que primero era para vigilar a su ex, se convierte en un romance muy intenso y a distancia. Las cosas terminan mal y Claire termina en una institución psiquiátrica donde escribe un libro para expiar sus culpas. Pero se da cuenta que ha sido víctima de las consecuencias y regresa a la toxicidad.

Se nos expone la toxicidad que proviene de la mezcla entre amor, redes sociales, soledad y mucha imaginación.

Al ver esta película. Lo primero que pensé fue: ¿Por qué no la estrenaron meses antes? De mucho me hubiera servido. Ya sé que lo digo mucho, pero esta cinta es maravillosa. Tanto que entró a mi top 3 de la mejores películas de lo que va del año. Nos lleva, de la manita, por los recovecos incomodos de nuestro interior, al cuestionar nuestros comportamientos tóxicos y su combinación  con la tecnología.

Para Claire, es muy fácil crearse un mundo ficticio para conversar con un joven atractivo, pero cae dentro de su juego y se enamora. Y como bien lo sabemos, con el amor se complica todo. Se nos expone la toxicidad que proviene de la mezcla entre amor, redes sociales, soledad y mucha imaginación.

Se podría dividir la película en 3 partes. La primera sería el enamoramiento digital por parte de Claire, que crea un alter ego llamada Clara, para conversar en Facebook. La segunda parte inicia donde Claire usa el arte para realizar su catarsis,  por medio de una novela donde nos introduce a los sueños despiertos de Claire. Y por último tenemos la tercera parte o el final, que representa la cruda y triste realidad. Donde a nadie le importan los demás ni mucho menos las consecuencias que se puede tener de los actos hacia los otros. Ante este panorama, Claire decide refugiarse en su toxica vida ficticia.

El efecto Pigmalión, tiene un amplio desarrollo en el cine. La referencia más obvia es el gran Hitchcock en su maravillosa: Vértigo, donde nos muestra a un hombre que hace hasta lo imposible por convertir a su nueva amante en su antigua amante. En ese entonces no se usaba la referencia de toxicidad a este tipo de comportamientos.

En la película No soy quien crees (lo sé, el título es muy malo), vemos como Claire, finge ser alguien más. Y también trata de convertirse en el personaje que creo. En la mente humana pocas cosas son gratuitas y cada trastorno nos habla mucho de la persona que lo padece. Claire vive afligida por el personaje que creo al no ser ella. Una especie de auto-efecto Pigmalión. Esto quizás nos suene normal en este mundo tan virtual, pero el hecho de que sea cotidiano no significa que sea menos tóxico o que se reduzca su grado de nocividad para el equilibrio psicológico.

Más allá de estas indagaciones psicológicas, las cuales me apasionan mucho pero no soy, ni pretendo ser ningún experto; regresemos a la parte donde desarrollamos las virtudes de la película, de eso sí soy experto. Puedo decir que los últimos trabajos de Juliette Binoche no me habían encantado mucho; pero este filme me mantuvo al borde del asiento a cada minuto. Empecemos con la extraordinaria interpretación de Binoche que convierte a cada gesto, cada mirada, cada expresión en un lenguaje complejo que nos logra transmitir toda esa tormenta de emociones que provoca el amor imposible. La actriz logra que nos sintamos identificados de sobre manera con su personaje. En particular, Juliette Binoche, siempre me ha parecido una actriz que tiene un alma de otra época. En su forma de actuar, su físico, su lenguaje, toda ella, siempre me recuerda a una heroína literaria del siglo XIX. Y esta película no es la excepción. El drama amoroso que se vive en el filme, a pesar de tener celulares y Facebook, nos hace pensar en Madame Bovary o Ana Karenina. Quizá sea por la imposibilidad del amor que se genera en las redes sociales; un símil a las presiones sociales que resultaban asfixiantes en esa época de antaño. Será el sereno, pero ya ustedes me dirán si al ver la película no recordaron a alguna de esas novelas románticas del siglo XIX.

Safy Nebbou mantiene la película muy bien estructurada, muestra de ello son los cambios de tono, que van del drama romántico al thriller psicológico…

La fotografía es maravillosa. Sobre todo por su sutileza en la mayoría de las veces y la grandilocuencia por momentos. Hay una escena donde la protagonista se masturba en su coche y es una escena tan sutil que resulta romántica. Una de mis escenas favoritas es cuando Claire y Chris, pasean en bicicleta por un risco junto al mar (el cliché de toda novela romántica… ven como no estoy tan equivocado), la escena es de una belleza desoladora debido a que por su contexto, sabemos que eso es simplemente ficción.

Y con respecto a la dirección, puedo decir que Safy Nebbou, este director francés, mantiene la película muy bien estructurada,  muestra de ello son los cambios de tono, que van del drama romántico al thriller psicológico, un gran acierto ya que se realizan de forma gradual, lo cual logra su efectividad. El manejo de la meta-ficción, la elegancia y sensualidad al tocar temas psicológicos y románticos son de un deleite estético incomparable.

Resalto y admiro mucho que, como espectadores nos deja con más preguntas que respuestas. Es admirable cómo este filme logra extirpar de nuestro interior, esos recuerdos y sentimientos de toxicidad amorosa, verlos de frente para lograr una especie de comunión con nuestro lado más tóxico. Una película que resulta una delicia, algo culposa porque provoca que miremos hacia nuestro interior.

No dejen pasar esta película. Estoy seguro que la disfrutarán tanto como yo. Búsquenla en las salas de arte de las grandes cadenas de cine. Y Déjenme saber sus comentarios.

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