Destruyendo castillos
Los cuentos de princesas siempre han estereotipado los roles que hombres así como mujeres deben de representar, pero en la actualidad, las generaciones más actuales, han roto con estos prototipos, al cuestionarse si en efecto, las cosas deberían de ser como los cuentos, cuando la vida no lo es. Bajo esta premisa, Rafael Balderas, director de Destruyendo castillos, decide abordar y adaptar la obra de Elfriede Jelinek de nombre “La Bella Durmiente”, presentándola dentro del evento de clausura del inmueble de Coyoacán conocido como Casa ACTUM “La última y nos vamos”, dando una función el sábado 21 de octubre del 2017 a las 19:00 hrs.
En “Destruyendo castillos” vemos a una mujer, que por el hecho de serlo, se ve obligada a adoptar la personalidad que se espera, es decir, de una princesa, pero que comienza a cuestionarse por qué debe de tener este comportamiento, cuando no es exactamente lo que ella desea, resultando un monólogo donde se discute la diferencia que existe entre lo que debería de ser y lo que realmente es, donde nos encontramos con un choque de aspiraciones y vemos que los príncipes y princesas, no están hechos los unos para las otras, sino que tienen que lidiar con una serie de cuestiones que hacen que el final “felices para siempre” sea inexistente en la realidad.
La actriz encargada de representar tanto a la princesa que espera ser 
despertada por su príncipe y el príncipe que tiene la obligación de salvar a la princesa, es Tania Noriega, quien desde el principio rompe con la figura que tenemos preconcebida de las princesas y nos muestra a una princesa ruda, franca y desenvuelta, y a un príncipe confundido e inseguro de la responsabilidad que sin pedirla se le ha adjudicado. Rompiendo totalmente con la cuarta pared, Tania enfrenta a los espectadores sobre varios cuestionamientos haciendo que, durante toda la obra, el espectador adopte una postura activa dentro del discurso.
Contando con sólo un sillón rojo como elemento escenográfico, un muñeco en forma de hombre-conejo que le hace de príncipe en ocasiones y de princesa en otras y una rosa, como elementos de escenografía, un vestuario en color negro y una corona, es como nos vemos trasportados a este ficticio reino donde lo lúgubre y sobrio tiene mayor peso, pues fuera de la fantasía que nos plantean los cuentos, la realidad es que la vida, en ocasiones tiene menor colorido de lo que se espera y más cuando se vive atormentado por las preguntas que nos hacemos a nosotros mismos sobre lo que debería de ser y lo que realmente nos gustaría ser; por lo tanto la iluminación es de gran importancia, pues nos delimita espacios y atmosferas, ayudando al trabajo interpretativo.
Destruyendo castillos es una crítica a esos cuentos de hadas con los que 
hemos sido educados, donde se nos delimita que la mujer tiene que ser sumisa, abnegada, perfecta y siempre a la disposición del hombre, y que éste, debe ser varonil, valiente e incapaz de demostrar sus emociones, por lo que ésta obra, pretende que el público reflexione e inicie una búsqueda personal para primero conocerse y así logar una paz consigo mismo, para después tener que ofrecer en cuando a sus emociones y decida emparejarse si es que lo decide. Resulta,así una confrontación directa de la actriz hacia el público para que sirva de detonante y despierte del letargo que la sociedad y las nombradas buenas costumbres que tanto daño nos han causado.
Casa ACTUM
Héroes del 47, # 9. Col. San Diego Churubusco. Coyoacán.
Sábado 21 de octubre 19:00 hrs.
Dirección: Rafael Balderas
Dramaturgia: Adaptación de “La Bella Durmiente” de Elfriede Jelinek
Elenco: Tania Noriega
