El dilema del erizo
Existe una parábola, escrita en 1851 por Arthur Schopenhauer en la obra Parerga und Paralipomena, que expresa la dificultad de las relaciones interpersonales, manifestando que mientras más cercana sea una relación, más probable será que puedan hacer daño el uno al otro, al tiempo que, cuanto más lejana sea la relación, es probable que se sienta la angustia y dolor por soledad, a esta parábola se le conoce como el dilema del erizo, tema que el dramaturgo Aldo Martínez Sandoval plasma en la obra que lleva el mismo nombre “El dilema del erizo”, la cual fue finalista en el 13° Festival de la Joven Dramaturgia. Gabriela Aparicio, directora de esta puesta en escena, es la encargada de presentar esta propuesta junto con el Colectivo Siete Tierras, dentro de la Sala Novo del Teatro la Capilla, todos los viernes a las 20:30 hrs., hasta el 23 de noviembre del 2017.
En un interesante juego de tiempos, vemos diferentes historias de relaciones, donde la constante es el daño que se hacen; así vemos la llegada de Carlos después de varios años de ausencia a la casa que le perteneció a sus padres, quienes tomaron decisiones que afectaron a sus descendientes, lo cual afectó incluso a personas externas al círculo familiar y donde los más jóvenes, Celso y Daniela, quizá puedan cambiar esta herencia de sufrimiento. Son 5 historias donde vemos fragmentos que guardan cierta relación con el amor y los vicios de éste, como la violencia, el incesto, la traición y la muerte.
Son cinco jóvenes actores, encargados de interpretar a nueve personajes, quienes egresaron del Colegio de Literatura Dramática y Teatro y de la Escuela Nacional de Arte Teatral. Ana María Quintana da vida a María; Fernanda Benítez a Gabriela; Karina Carmona interpreta a Daniela y Diana, y Gonzalo Sandoval a Eduardo y Alberto; por último Hugo Rocha es el encargado de actuar en tres personajes, los cuales son: Carlos, Celso y Gustavo, destacándose su trabajo al lograr la diferenciación de cada uno de los personajes que realiza. Todos ellos logran un trabajo actoral de calidad, pues los demanda a estar durante toda la obra dentro de la ficción y aunque no están incidiendo directamente sobre la escena que se realiza, no pierden su presencia actoral y el personaje que, en medida, reacciona a lo que sucede.
La escenografía es rica en detalles pues podemos observar dos mamparas de madera que enmarcan el espacio escénico, junto con una alfombra rodeada de hojas secas que delimita el espacio actoral. Los muebles terminan de dar los elementos escenográficos, compuestos por lámparas, sillas, taburetes y sillones. El vestuario diseño de Paloma Bonilla, quien también se encargó de la escenografía, es realista y utiliza algunos elementos característicos para trasportarnos entre las épocas y los diferentes personajes que observamos en escena. La iluminación a cargo de Jesús Giles, junto con la música original de Enrique Luna, terminan de dar un acompañamiento que impacta en el espectador acentuando las emociones propuestas por los actores.
El dilema del erizo es una exploración consiente de las relaciones humanas y el inevitable vínculo con la parte animal que todos los seres humanos tenemos, permitiendo cuestionar si nuestras relaciones familiares del pasado nos han determinado como personas en nuestro presente, por lo tanto, se vuelve una denuncia sobre los peligros del afecto y los daños que van permeando nuestra alma cuando es mal encaminado y que dependería de cada uno de nosotros romper con esas posibles cadenas de nuestros antepasados para tomar decisiones distintas y afrontar estas relaciones de mejor forma y así encontrar la distancia o el modo adecuado, de estar con la persona que se ama, sin dañarla y sin estar lejos.
Sala Novo del Teatro La Capilla
Madrid No. 13. Col. Del Carmen. Coyoacán.
Viernes 20:30 hrs.
Hasta el 23 de noviembre de 2017
Dirección: Gabriela Aparicio
Dramaturgia: Aldo Martínez Sandoval
Elenco: Ana María Quintana, Hugo Rocha, Fernanda Benítez, Gonzalo Sandoval y Karina Carmona.