Pan de muerto
Al tipo especial de pan que se prepara en México asociado a la celebración del día de muertos y que consiste en una pequeña esfera en el centro de la parte superior del pan que representa el cráneo y a partir de ésta, salen cuatro canillas que representan los huesos y que al mismo tiempo simbolizan los cuatro rumbos del universo, se le conoce como pan de muerto; nombre que adquiere la obra de Ana María Vázquez, ganadora del Premio Nacional de Teatro en 1991, donde se entreteje el sexo, el amor y la muerte, que bajo la dirección de Ericka Ramírez, se presentó en una nueva temporada en el Foro Bellescene los sábados a las 20:30 hrs., la cual tuvo su última función de este año 2017 el pasado 11 de noviembre.
“Pan de muerto” es la historia de un hombre que trabaja maquillando a difuntos, trabajo que es de su agrado, le apasiona y lo consuela de su soledad, pero que al mismo tiempo le despierta gran deseo y excitación al tener este contacto con la piel muerta. Al encontrarse trabajando y teniendo un cuerpo femenino en la plancha, ese deseo sexual se despierta y decide culminarlo teniendo relaciones sexuales, pero al momento de intentarlo, la mujer regresa de la muerte lo cual provoca que él se asuste, esto desencadena una serie de situaciones en forma de comedia, donde el susto, la tensión, el morbo y la sensualidad se hacen patentes en los dos personajes.
Adrián Rubio es el encargado de interpretar al trabajador de la morgue, donde vemos a un hombre con educación machista y un tanto rupestre, y junto con María Rebeca, quien encarna a la mujer, ambos despiertan el deseo y la risa de los asistentes. Cabe mencionar que el trabajo de María Rebeca es garantía, es excelente, pues muestra infinidad de matices y transiciones; es así como vemos a una mujer aterrada por no saber dónde se encuentra y que le ha sucedido, cómo una mujer es erotizada por la circunstancia y el hombre que tiene enfrente, testigo de una mujer totalmente distinta que recobra su empoderamiento para mostrar un dejo de vulgaridad y desfachatez. Cabe señalar que también participa Lalo Fernández quien realiza el difícil trabajo actoral de permanecer en escena totalmente inmóvil, recostado en una de las planchas, pues es él, el encargado de personificar al otro cadáver.
La obra trascurre en una morgue, por lo que escenográficamente observamos dos planchas donde se encuentran los cadáveres, y al fondo un altar donde está una fotografía de Pedro Infante, alrededor de ésta, velas, flores y frascos con algunos químicos, etc., además hay una mesa donde están las herramientas de trabajo del maquillista de cadáveres. La utilería acompaña la ficción presentándonos el maquillaje, hilos y agujas, tijeras, etc., además del representativo pan de muerto. La iluminación termina por transportarnos a la idea lúgubre que se tiene de un lugar como una morgue, donde en momentos clave de la obra, ayuda a resaltar la ficción. El vestuario es realista, en colores neutros y obscuros, exceptuando la bata blanca de la mujer, que termina contextualizando la situación.
Pan de muerto es una obra de humor negro que expone la práctica de la necrofilia, la cual es más común de lo que se piensa, pues muchas personas solo pueden relacionarse con los cuerpos inertes para así, no entablar ninguna relación personal y por lo tanto ningún compromiso. Cabe señalar que alternando funciones también participaron la actriz Galatea Gizeth y el actor León André. En conclusión, esta obra exhibe dos temas que siguen siendo tabú en la sociedad mexicana, la muerte y el sexo, lo cual sigue limitando la expresión del ser humano con libertad. Cabe mencionar que esta obra lleva varias temporadas en varios recintos teatrales y que se espera el próximo año se retomen las funciones.
Foro Bellescene
Zempoala #90, Col. Narvarte Oriente, Del. Benito Juárez
Sábado 20:30 hrs.
Hasta el 11 de noviembre
Dirección: Ericka Ramírez
Dramaturgia: Ana María Vázquez
Elenco: María Rebeca, Adrián Rubio, Galatea Gizeht y León André.