Bambis dientes de leche
¿Quién no jugó futbol alguna vez en su niñez? El futbol en México es posiblemente el deporte más popular del país pues atrae la atención de millones de aficionados de todas las edades y según el Big Count (censo realizado por la FIFA) un total de 8,479,595 mexicanos son futbolistas en activo, ya sea a nivel amateur o profesional; dentro de éstos están las ligas infantiles.
Bajo una mezcla de recuerdos de infancia, dónde es precisamente el futbol el que delimita esta historia, entre zapatos de tap y un trapeador, con la autoría de Antón Araiza y bajo la dirección de David Jiménez Sánchez, es que se presenta la obra Bambis dientes de leche en el Teatro La Capilla, los lunes y martes a las 20:00 hrs. hasta el 6 de marzo de 2018.
Bambis dientes de leche era el nombre del equipo infantil del Club América en el año 1986, año donde se vivió el mundial en México, siendo Pique (un chile con sobrero de mariachi y un balón de futbol en su pie derecho) la mascota del segundo mundial organizado por México, el cual causo furor en todos los mexicanos, tanto para bien como para mal, como en el caso de Antón, que en su fiesta de cumpleaños (con la temática de E.T.) descubre que sus padres lo inscribirán en el equipo Bambis dientes de leche; una vez dentro del equipo, el entrenador tiene el buen tino de comparar el teatro con el futbol, descubriéndose así su afición por los escenarios y por estar frente a miles y miles de espectadores, no como futbolista sino como actor.
Antón Araiza además de ser el autor del monólogo es quien lo representa, con un preciso dominio actoral, que matiza cada uno de los textos, para lograr una encantadora fluidez a la puesta; además de ejecutar los momentos coreográficos a través del claqué (comúnmente conocido como tap) con gran precisión, así como en la coreografía, donde se desliza sobre una superficie mojada, logra que visualmente sea atractivo y que la energía transmitida vaya en crescendo. Cabe señalar que Antón realiza un trabajo difícil al mezclar estas dinámicas dancísticas al mismo tiempo que transmite sus textos, pues en ningún momento pierde la intención y los matices de su personaje.
La escenografía utiliza la cámara negra del propio espacio escénico; elementos como una lona en el piso, donde se realiza la coreografía junto con una cubeta de agua y un trapeador, con un perchero en el fondo de la pared, donde coloca parte de su vestuario, siendo éste un pantalón de vestir, una camiseta, camisa blanca y un suéter azul, sin olvidar los zapatos de tap. La iluminación adquiere gran importancia para ir delimitando espacios escénicos de importancia argumentativa. Por último, solo se utiliza una canción dentro de la ejecución. Todo esto forma parte de los elementos que resaltan y apoyan la actuación, donde se le apuesta a la actuación y ejecución coreográfica del actor.
Bambis dientes de leche, es la recopilación de recuerdos que fueron conformando la identidad de este personaje, donde lo humano se hace palpable a través de los deseos, frustraciones, miedos e ilusiones que todo niño y ser humano tenemos y que, a fin de cuentas, todas nuestras vivencias, y más las que se han quedado tan inscritas en nuestros recuerdos, forman parte de aquello que nos va constituyendo como individuos. Es una confrontación hacia nosotros mismos ante los recuerdos y la reflexión, un acercamiento a lo que soñábamos ser cuando éramos niños, la nostalgia de todos esos sueños e ilusiones, que quizá no han sido alcanzados o que estemos a un paso de hacerlo. Una interesante aproximación sobre la “aparente” nula relación entre el futbol y el teatro, pero que, al presenciar esta puesta en escena, descubriremos que posiblemente existan más similitudes que diferencias. Por lo que amantes y no amantes del futbol, tienen que ir a verla para dejarse sorprender, no se la pueden perder.
Teatro La Capilla
Madrid No. 13. Col. Del Carmen. Coyoacán.
Lunes y martes a las 20:00 hrs.
Hasta el 6 de marzo de 2018
Dirección: David Jiménez Sánchez
Autor: Antón Araiza
Elenco: Antón Araiza