Tito Andrónico, los objetos de la venganza
Un tema que ha sido recreado en muchas obras de teatro es la venganza, que no es más que la intensión de desquitarse contra otra persona o grupo, en 
respuesta a una mala acción percibida; sin embargo, el objetivo de alguna manera es causar una injuria más que reparar la ofensa. Bajo este tema es que William Shakespeare, dramaturgo, poeta y actor inglés, escribe una de sus primeras tragedias, Tito Andrónico. Una vez más la venganza llega a escena, pero ahora bajo la adaptación de Carlos Azar, junto con la dirección de Edwin Torres (Becario del Programa Creadores Escénicos 2016-2017 del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes) para presentar Tito Andrónico, los objetos de la venganza en el Teatro La Capilla, los días 24 y 31 de enero de 2018 a las 20:00 hrs.
Tito Andrónico, los objetos de la venganza, es la historia de Titus Andronicus que, a su regreso tras la guerra contra los godos del norte, celebra una ceremonia en honor a su victoria, consistente en el sacrificio humano de Alarbo, hijo mayor de Tamora, reina de los godos y nombrada emperatriz de Roma por Saturnino, sucesor del emperador recién fallecido. Tamora valiéndose de engaños, provoca la muerte de dos de los hijos de Titus y hace que su hija Lavinia sea violada y mutilada, cortándole las dos manos y la lengua para impedir que diga quien la violó. Lucio emprende una revuelta contra el emperador, haciendo que este acepte hablar con él, pero Titus apresa a los dos hijos restantes de Tamora, los cocina y los sirve en la cena. Al final, Titus mata a su hija para evitarle la deshonra y asesina a Tamora.
El elenco está conformado por Paolina Orta, Ismael Sangal, Andrea Juárez, 
Sophia Marcos y Edwin Torres, quienes se van alternando entre personajes y ejecutantes de títeres, para traer una propuesta escénica llena de violencia y sangre, que por momentos se hace digerible y en otros explicita, por medio del uso de algunos títeres y objetos. Resulta todo un reto llevar a escena una de las obras más sanguinarias de Shakespeare, todo un clásico en su género. Es así como la compañía Teatro de la Materia, resuelve perfectamente esta adaptación, donde además se arriesgan con el uso de objetos para así avivar la escena, una invitación a otros mundos lúdicos, que afortunadamente son explorados en esta adaptación.
Los elementos escénicos, cobran gran importancia ya que todo lo que vemos en escena es fundamental, una propuesta que cobra vida ante las miradas de los espectadores. Desde el inicio, observamos una tela que respira, lo cual provoca desde el primer instante la atención y curiosidad del espectador. Más elementos se suman al acto vivo: una lámpara, espejos, mesas con molcajetes, piedras, una cámara fotográfica, una licuadora, una pecera, etc. La importancia de los efectos de sonido se hacen presentes, respiraciones, goteos, etc. La iluminación de igual forma, resalta los espacios escénicos para ayudar a potencializar el anhelado clímax. Por último, el vestuario realista contemporáneo en color negro, ayuda con el tránsito de los actores para así resaltar los objetos y el peculiar uso de máscaras que apoyan la despersonalización de los personajes, algo que termina por redondear el concepto de esta puesta en escena.
Tito Andrónico, los objetos de la venganza, invita a la reflexión ante una 
pregunta palpable ¿Cómo se mide la violencia que como humanos, somos capaces de ejercer en el cuerpo de otro ser? Algo que se vuelve preocupante, es cuando esta violencia se permite, y peor aún, cuando se vuelve costumbre. Me sorprende como es que aparentemente, las personas hemos evolucionado a través de los siglos, pero desafortunadamente seguimos siendo presas de esos instintos viscerales que nos acercan más a nuestras características salvajes y retrógradas, que sin importar cuan evolucionados estemos, seguiremos siendo bárbaros.
Teatro La Capilla
Madrid No. 13. Col. Del Carmen. Coyoacán.
Miércoles 24 y 31 de enero a las 20:00 hrs.
Adaptación: Carlos Azar
Dirección: Edwin Torres
Elenco: Paolina Orta, Ismael Sangal, Andrea Juárez, Edwin Torres y Sophia Marcos
