Voces de Chile: Un Gavilán para Violeta
Si en vez de letras tuviera hilo para curar todas las heridas… Es lo que quizá Violeta Parra buscaba a través de su música, poesía y obra plástica. Una mujer que al igual que Prometeo robó un fragmento de divinidad para brindarlo a nosotros los mortales.
Es inevitable, cuando se habla de Violeta Parra, hacer referencia a una mujer con distintos matices y facetas, enmarcada por la opresión de su país. Una opresión que en menor o mayor medida no es ajena a la ya lastimada América Latina, en donde los gobiernos se han dedicado a suprimir cualquier manifestación de cambio; en consecuencia han buscado frenar cualquier acto de rebeldía, el “delito” querer hurgar en la sensibilidad de quienes nos llamamos humanos, porque es desde ahí donde se busca accionar las voces, aquellos cuerpos que en un solo canto vivan para vivir y no para sobrevivir. Situación incómoda para quienes dictaminan el orden, un desafío a la autoridad, desafortunadamente la solución para ellos, radica en oprimir y matar la única extensión de libertad que se tiene.
¿Lo han logrado? No, las voces se siguen levantando, muestra de ello son Javiera Núñez, Carla Romero y Jeannette Pualuan, tres mujeres chilenas que a través del montaje Un Gavilán para Violeta, alzan la voz desde donde les acontece como artistas pero sobre todo como mujeres. Un discurso que de manera orgánica se vuelve universal, por tratarse de un canto que no solo se vive en Chile, en donde se censura la historia para manipular a una sociedad —cualquier parecido con nuestra realidad es pura coincidencia— ¿El arte tendría que migrar para poder sobrevivir? Como si se tratase de una parvada de patos que buscan el lugar ideal para existir, y es así como Violeta Parra se convirtió en una viajera, en una integrante más de esa parvada que a su paso develó la sutileza de la fragilidad humana.
Un Gavilán para Violeta es una puesta en escena que surge para dar cuerpo y voz a un proyecto que la misma Violeta Parra estaba construyendo: “El Gavilán” Una pieza multidisciplinaria que en voz de su propia autora, incluiría baile, música y actuación. Tres mujeres en escena son suficientes para dar un recorrido a través de la vida y obra de una mujer que se ha convertido como en un acto natural, en un icono de la mujer no solo en Chile sino en el mundo.
Un espectáculo que se construye a través de pasajes de la vida y obra de Violeta Parra, su deleite radica en esa sustancia que impregnan las actrices en las situaciones que van desdoblando como madeja, con multicolor, canto, coros y por supuesto la historia de Chile, porque como ellas dicen “Yo soy Chile”. En un codiciado efecto espejo, logran conectar con quien ve y siente frente a ellas. Las voces de Violeta “dejan de estar p´a dentro” para exteriorizar al unísono un canto de vida.
La investigación que sustenta el proyecto se agradece, buena razón tenía Hamlet al decir que “los actores son el resumen y las breves crónicas de la época” y en efecto, ya que solo desde el quehacer actoral se puede entender para posteriormente configurar y así tomar una postura ante el inagotable mundo del personaje, para posteriormente exteriorizar todas aquellas fibras que ésta extraordinaria mujer vino a dejar. Es por ello que el trabajo actoral de estas tres mujeres se vuelve verdad sobre la escena, capaz de estimular la memoria más inerte, cuerpos ausentes o cualquier otra simulación humana. Un trabajo que a partir del desdoblamiento, busca darnos una visión compleja de tan emblemático personaje. La cartografía, el uso de miniaturas mexicanas, la multimedia, y demás objetos en escena, agregan textura visual a lo que se vive en el mundo de Violeta Parra.
Es la Compañía Mala Madre, que a través de éste montaje multidisciplinario construye una aproximación a la versatilidad de Violeta Parra: cantante, pintora, artesana, madre, mujer, amante… humana. Un tejido que ya sea de una u otra perspectiva, definitivamente nos atrapa con esa pasión que sólo el que padece proyecta, porque aunque el Gavilán sea mentiroso y trate de engañarnos, nunca es suficiente darle Gracias a la vida, por darnos la existencia… los sonidos…
Al final del día “el Canto de todos es mi propio canto”.
Dirección: Javiera Núñez y Carla Romero | Dramaturgia: Javiera Núñez, Carla Romero, Jeannette Pualuan | Elenco: Javiera Núñez, Carla Romero y Jeannette Pualuan
Teatro la Capilla, Sala Novo, hasta el 15 de julio. Domingos, 18:00 hrs.