Niño, una autopsia psicológica que llama a la prevención
― ¿Por qué al que se suicida se le niega el cielo y la misa de cuerpo presente? ¿Dónde está la ayuda? Me han robado el alma…
― ¿Qué no se dan cuenta que con cada suicidio nuestra sociedad fracasa?…
Igual que ocurre con el resto de las artes, el teatro, en tanto que representa una plataforma de difusión, tiene la capacidad de hacer denuncia sobre los problemas que aquejan a la sociedad. Así ha ocurrido desde la antigua Grecia, donde las tragedias y comedias representaban los vicios políticos y los enredos de los Olímpicos con las pasiones más humanas sobre los escenarios; donde los gobernantes corruptos eran castigados por los dioses, perseguidos por su conciencia encarnada en las Erinias, y donde se satirizaba hasta el absurdo los comportamientos que resultaban perniciosos para las polis. Teniendo presentes aquellos remotos orígenes del teatro, parecería que la denuncia no es solo una vía del trabajo dramatúrgico, sino una responsabilidad esencial de esta disciplina. La compañía Backstage Producciones y Talento ha asumido esta responsabilidad, y la ejerce llevando a los escenarios de esta capital, e incluso a algunos otros fuera de ella, piezas cuyo objetivo es el llamado a la reflexión en torno a los problemas que aquejan a nuestra sociedad, derivados de nuestra vertiginosa posmodernidad que constituyen piezas individuales del gran rompecabezas de nuestra época.
En esta ocasión presentan Niño, una autopsia psicológica, del dramaturgo Gabriel Barcénas, bajo la dirección de Abel González Gómez. El argumento aborda el delicado tema del suicidio infantil, un problema actual que resulta más común de lo que a todos nos gustaría aceptar. Basándose en un suceso real y en su propia investigación, Bárcenas ha construido el drama de Jorgito, un caso de suicidio infantil delineado a partir del contrapunteo emocional entre su madre y la psicóloga forense encargada de documentar el incidente. A lo largo de ocho escenas descubrimos las distintas aristas que enmarcan la coyuntura del suicidio de un niño, en donde se manifiestan la culpa, el remordimiento, la impotencia y el desconsuelo… Coloquialmente solemos afirmar con cierta levedad que “el hubiera” no existe, sin embargo, en esta obra queda claro que no habrá arrepentimiento ni resignación que sean suficientes después del acontecimiento de una tragedia que bien pudo evitarse a tiempo.
Por un lado, está una madre desconsolada a la que perturban las Furias de la culpa, el remordimiento y el arrepentimiento; por el otro, la insaciable sed de justicia de una psicóloga forense que se ha involucrado más de lo debido en el caso y que siente un compromiso casi pasional de encontrar un culpable en este atroz acaecimiento. A lo largo de una serie de encuentros, las dos se abrirán emocionalmente una frente a la otra, y justo en medio está Jorgito, el elemento detonante del conflicto, parcialmente ausente y libre de toda responsabilidad. En el subtexto de esta pieza teatral está la cuestión infantil y las bases psicológicas que constituyen esta etapa del ser humano. Al mismo tiempo, más allá de los asuntos meramente clínicos, también se exalta la poética metáfora de la niñez, siendo símbolo de ideales como la inocencia y la pureza. Es entonces cuando la monstruosidad del suicidio se manifiesta más arrasadora que nunca y la psicóloga forense entiende que la voracidad que siente por la obtención de la justicia en este caso, en gran parte se debe al vacío de una culpa compartida. ¿Hacia dónde hemos transitado como sociedad a tal grado de tener que enfrentar el horror común de un suicidio infantil? Esa sería la pregunta que todos deberíamos hacernos y a la que pocos estarán dispuestos a darle vueltas con el fin de plantear posibles soluciones.
Protagonizan Minerva Velasco y Andrea Méndez, acompañadas con la participación especial de Mauricio Jiménez que hizo la voz en off de Jorgito. Ambas actrices, bien dirigidas por Abel González, cumplen con maestría el monumental reto de interpretar a estos personajes cargados de emociones muy complejas y con perfiles psicológicos muy bien definidos. Las dos consiguen un tránsito interesante durante el desarrollo de la trama, en el que la madre del niño empieza siendo muy pequeña, destrozada por la culpa, y finaliza con la fuerza necesaria para exigir la comprensión de aquellos que no tienen la moral suficiente para señalarla y juzgarla como una mala madre; y por otro lado la psicóloga, que empieza muy dura, casi siendo un verdugo de su interlocutora, y poco a poco se emblandece hasta aceptar la parte de culpa que a ella misma le corresponde como miembro de la sociedad. La participación de Mauricio Jiménez es la cereza del conjunto, poseedor de una expresividad oral capaz de transmitir más emociones que muchos otros actores empleando el resto de las estrategias actorales con todo y lenguaje corporal.
Los elementos visuales son limitados, lo cual permite que el argumento no pierda su lugar protagónico dentro de todo el conjunto. Se trata de vestuarios muy sencillos y casi una ausencia de escenografía que se limita a una mesa y sillas practicables, un tripié y una vieja televisión sin señal que únicamente transmite estática. En el fondo la proyección de imágenes de los personajes en turno que acompañan el título de cada una de las escenas; además de un constante ambiente de penumbra provocado a partir de humo de hielo seco y una iluminación predominantemente de luz azul que simbólicamente parece remitirnos a un viaje por el subconsciente.
Niño, una autopsia psicológica toca los temas más relevantes alrededor del trauma provocado por un suicidio infantil, como son la culpa emocional de aquellos que se quedan, las implicaciones y diferencias entre la muerte programada de un niño y un adulto, las posibles causas, el problema mediático y la falsa felicidad que creemos tener como sociedad; pero sobre todo, es un compromiso responsable que llama a la prevención, enunciando un tema delicado a partir del poético lenguaje del arte teatral.
Dramaturgia: Mario Gabriel Bárcenas | Dirección: Abel González Gómez | Elenco: Minerva Velasco, Andea Méndez, Mauricio Jiménez (voz)
Funciones: jueves, 20:45 horas del 17 de enero al 28 de marzo del 2019| Boletos: $250 entrada general
Foro 37 Teatro Boutique Londres 37, colonia Juárez, Ciudad de México.