Perderlo todo, menos la soledad…
Una obra experimental, en cuanto al tratamiento de la temática, con un trasfondo altamente filosófico. La historia presenta a dos seres de diferente generación y creencias, quienes llegarán a conocerse casualmente, estando al filo de la muerte.
Dos seres se miran sin verse, se hablan sin hablar, se presienten, se buscan y se encuentran. Tal vez Usted crea que esta dramaturgia sea un tratado sobre el amor, como comúnmente suelen ser la mayoría de las tramas teatrales, en donde por lo menos el amor sirve de trasfondo en la obra, sino es la parte medular de la trama.
Pero en éste caso no es así. Es un texto que va más allá de lo que puede ser la percepción y los sentimientos humanos. Es un acercamiento que brota de la mutua necesidad de encontrarse con alguien en momentos de perdida y profunda soledad. Es la inconsciencia que permite el hastío, es la catarsis que resulta de la búsqueda extrema y el dejarse llevar. Aún sin ojos, ni cuerpo, ni sentidos terrenales se comunican.
Es ver con el alma, con el corazón, con la sinrazón. Tal vez todo esto le resulte a Usted totalmente incomprensible y, ciertamente casi lo es, si pretendemos una trama con lógica existencial. Perderlo Todo, Menos la soledad, es un pretendido acercamiento que su joven escritora Valeria Fabbi presenta ante la adversidad que podría guiar a un ser hacia la muerte.
Sin embargo retoma también una temática muy real y actual, como es el hecho de viajar o desplazarse hoy en día en la ciudad mediante un metro. Presenta de manera velada la inseguridad que se esconde en cada rincón de nuestro país, es el hecho de la posibilidad de no volver a casa, ante la violencia real y sicológica que acecha día a día a cada una de las víctimas.
La trama no tiene una temporalidad lineal, es decir que los hechos transcurren en desorden. La retrospección temporal es el medio para darle cabida y comprensión a los hechos de la trama teatral, la cual podría parecer simple de ser escenificada, pero no lo es.
La historia de Perderlo Todo, Menos la soledad, inicia en un vagón del metro, de la estación del Zócalo en la ciudad de México. El vagón continua su ruta. Lo extraño es que solamente aloja a un pasajero, quien constantemente trasmite sus pensamientos y sus miedos. Una frase repetida es ¿Porqué cuando siento miedo, viene siempre a mi mente la frase ¡DIOS MÍO! Si yo no creo en él? El pasajero es una mujer joven atea. Se llama Macarena.
Ella sin mirar, mantiene contacto con otra persona. Esa persona es un hombre demasiado maduro. Es un sacerdote. Él menciona: ¿Porqué cundo estoy inmerso en algún conflicto menciono, menciono la palabra CULE…..? Él se llama Florencio.
La mujer usa cotidianamente un lenguaje altisonante. El cura se expresa con propiedad y recurre constantemente a la definición correcta de las palabras. De ese modo, dos personas totalmente distintas se encuentran de pronto sin cuerpo. Pero ¿qué las une?
Perderlo Todo, Menos la soledad, se presenta con la autoría de Valeria Fabbri y el repertorio fijo de la Compañía Nacional de Teatro (CNT): Miguel Flores, Paulina Méndez y Valeria Fabbri, siendo de ésta última, como a-priori mencioné, la dramaturga de la obra.
Perderlo Todo, Menos la soledad es dirigida por Cecilia Ramírez. Se presentará todos los días lunes a las 20 horas, hasta el día 29 de abril, en el Teatro “La Capilla” en Coyoacán.
Fotografía: Difusión Teatro la Capilla