Posicionamiento de la AMACC, Asociación Mexicana de Productores Independientes, El Grito Más Fuerte frente a la renegociación del TLCAN
En Conferencia de Prensa realizada el día de ayer lunes 28 de agosto de 2017 en la SOGEM, se dio a conocer el posicionamiento de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC), la Asociación Mexicana de Productores Independientes, El Grito Más Fuerte frente a la renegociación del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), a continuación se resumen las demandas que la comunidad cinematográfica y del audiovisual ha dado en encuentros públicos y privados con funcionarios gubernamentales.
Las demandas principales son:
1. Exigen que en las negociaciones del TLCAN, el gobierno mexicano solicite que todos los aspectos relacionados con las industrias culturales, cinematográficas y audiovisuales de México, sean excluidos del Tratado para garantizar la existencia de la producción (bienes cinematográficos y culturales) y la circulación de la expresión cinematográfica y audiovisual mexicana (servicios), para que gocen de la protección más amplia por ser un derecho humano y no se le considere como simples servicios transfronterizos, ya que implican la triple dimensión de desarrollo humano (creativa, simbólica y económica)
En ese sentido, exigen que México se adhiera a la opinión de Canadá para no incluir a las industrias culturales en el Tratado, como creadores se unen a la propuesta de la Alianza de Artistas de Cine, Televisión y Radio Canadiense que ha planteado lo siguiente: “La exención cultural debe ser mantenida y fortalecida. Debe reforzarse considerablemente cambiando la definición actual de las industrias culturales y eliminando la cláusula sin prejuicio que autoriza represalias contra medidas que han sido incompatibles con el acuerdo si no fuera por la exención”.
El cambio de la definición de las industrias culturales obedece a que sus bienes y servicios ahora pasan por nuevas plataformas tecnológicas digitales que permiten un amplio y dinámico intercambio transfronterizo en el marco del Comercio Electrónico, por lo que se debe eliminar toda limitación de la capacidad de México para regular o gravar los servicios de Internet que proporcionan obras audiovisuales u otras obras artísticas a los consumidores.
2. Que en la discusión que lleven a cabo los negociadores se consideren, incluyan y respeten las obligaciones contraídas por México en los diferentes tratados internacionales que ha signado y ratificado, tales como la Convención de Berna para la Protección de las Obras Literarias y Artísticas, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Convención Americana de Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU, relativos a derechos fundamentales como el acceso a la cultura, a la diversidad cultural, a la libertad de expresión y al derecho a la información plural y diversa.
3. Distinguir entre los dos sistemas que atañen al Derecho de Autor como un derecho humanista, en contraposición a la concepción anglosajona que ve en la obra una simple mercancía. Bajo este orden de ideas, la actividad cinematográfica y audiovisual concretada en la creación y en la producción de bienes culturales, no puede enfocarse bajo un mero aspecto económico ya que tienen una funcionalidad y finalidades que van más allá de los intereses simplemente comerciales, para entrar en los campos de la cultura como elemento de preservación y apoyo a nuestra identidad cultural.
4. Procurar que se modifique la política tributaria en lo que hace a los ingresos culturales que genera está actividad económica que no queda grabada en el país pese a que la fuente de ingresos se genera en México, tomando que la regalía es un derecho que atañe a los creadores.
5. Demandan que una Comisión de Autores e Intérpretes designada por miembros de sus industrias culturales, esté en el cuarto de asesores permanentes del grupo negociador mexicano para salvaguardar los intereses culturales que les conciernen.
6. En concordancia con la posición de Canadá, no permitir que se elimine el capítulo de solución de controversias en materia de inversiones del TLCAN y que los negociadores no permitan que las diferencias se resuelvan como propone EEUU con las leyes de Estados Unidos. Esto violaría la soberanía internacional pero el fondo de la solución debe hacerse en los tribunales nacionales.
7. No aceptar la posición de los Estados Unidos de ratificación automática de los TRIPS (Trade RelatedAspects of Intellectual Property Rights) en materia de servicios y que México pueda decidir de manera autónoma y soberana lo que a su interés convenga en lo que hace a los aspectos culturales.
8. Como consecuencia de la renegociación, las instituciones nacionales deben comprometerse con el sector cultural a revisar y actualizar la legislación mexicana, específicamente la Ley Federal de Competencia Económica, Ley Federal de Derechos de Autor, Ley General de Cultura y el Código Fiscal de la Federación, con el fin de asegurar el goce efectivo de los derechos culturales preservados por nuestra Constitución.
Los que suscriben lo anterior dejaron en claro que estas peticiones no obedecen sólo a una actualización y enmienda del Tratado, sino también al replanteamiento de las relaciones con Norteamérica. Finalmente, se unen a las demandas de otros sectores productivos de la nación que igualmente abogan por la defensa, preservación y desarrollo de sus intereses.